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Marta Sisi Jiménez es una profesional de Recursos Humanos con una sólida trayectoria en la gestión del talento y el desarrollo de personas. Desde su rol en Freepik, lidera iniciativas estratégicas para atraer, retener y potenciar el talento, fomentando una cultura organizacional innovadora y alineada con el crecimiento de la compañía.
Con una visión centrada en las personas, Marta impulsa el bienestar y el desarrollo profesional de los equipos, apostando por un entorno de trabajo flexible, inclusivo y motivador. Su experiencia en RRHH le permite combinar la digitalización con estrategias humanas efectivas, asegurando que Freepik siga siendo un referente en la atracción de talento y en la gestión de equipos dinámicos.
Lo que más disfruto es la gestión de conflictos y el impacto que podemos generar en la dinámica de la empresa. Un equipo de HR bien alineado conoce la organización a fondo y puede mejorar las relaciones dentro de ella. Me motiva mucho el diálogo con las personas, entender sus necesidades, su visión sobre la cultura de la empresa y las oportunidades de mejora. Esa interacción es lo que más me gusta de mi trabajo.
En los próximos años, creo que el foco de HR debería estar en:
Para que los equipos de HR tengan un impacto real en el negocio, es clave fortalecer el uso de métricas que demuestren cómo sus iniciativas aportan valor, cuanto más medible sea todo, podremos tomar mejores decisiones y justificar inversiones. Además, la gestión del cambio es cada vez más importante, las empresas tienen que ser más ágiles y resilientes para adaptarse a cambios internos y externos, asegurando que las personas trabajadoras puedan evolucionar con la compañía. Otro punto clave es la automatización de procesos, Si optimizamos las tareas administrativas, los equipos de HR pueden centrarse en lo que realmente aporta valor: estrategia, desarrollo de talento y experiencia de las personas empleadas. Y por último, la formación continua no puede quedarse atrás, las empresas tienen que apostar por modelos de aprendizaje más ágiles y adaptados a lo que el mercado demanda en cada momento, asegurando que sus equipos sigan creciendo y evolucionando.
En el sector Tech, donde trabajo en HR, los retos son cada vez más exigentes y cambian a un ritmo muy rápido. La atracción y retención del talento es un desafío constante, porque la competencia es altísima y las expectativas de las personas candidatas van mucho más allá del salario: buscan desarrollo profesional, flexibilidad y proyectos que realmente les motiven. Además, está el reto de equilibrar digitalización y humanización, ya que la IA y la automatización han cambiado mucho la forma en la que gestionamos talento, pero sin perder el enfoque humano en la experiencia de las personas empleadas.
Otro punto clave es la diversidad generacional. En el sector Tech conviven perfiles muy distintos, desde personas jóvenes con habilidades digitales avanzadas hasta quienes tienen más experiencia en el sector, y hay que encontrar maneras de motivar y retener a ambos grupos. A esto se suma la evolución del trabajo híbrido, que en nuestro entorno es casi un estándar, pero sigue siendo un reto hacerlo sostenible y que realmente funcione para todas las personas.
Por último, la IA y su impacto en el empleo es algo que hay que gestionar bien. La automatización avanza muy rápido y la clave está en usarla para potenciar el talento, no para reemplazarlo sin una estrategia clara. En el sector Tech, el futuro del trabajo pasa por integrar bien la tecnología con la gestión de personas y asegurarnos de que innovación y cultura organizacional vayan de la mano.
Creo que una de las más relevantes es la aplicación de People Analytics e IA en HR, que permite anticiparnos a las necesidades de talento y personalizar mucho más la experiencia de las personas empleadas. Esto nos da una visión mucho más estratégica y basada en datos.
También está ganando fuerza el Skill-based hiring, donde las empresas priorizan habilidades reales sobre títulos académicos en los procesos de selección. En el sector Tech esto es clave, porque muchas veces el talento no sigue un camino tradicional de formación, sino que se desarrolla de forma autodidacta o a través de experiencias prácticas.
Otro aspecto fundamental e es la evolución de la compensación hacia beneficios personalizados, ajustando las retribuciones a lo que realmente valoran las personas dentro de cada empresa. Ya no se trata solo del salario, sino de ofrecer beneficios flexibles que se adapten a la cultura y las necesidades específicas de cada equipo, asegurando una propuesta de valor atractiva y alineada con su día a día. Esto va muy ligado a la consolidación del trabajo flexible, que están cambiando la forma en la que entendemos los horarios y la productividad, permitiendo que las personas trabajen desde cualquier lugar sin necesidad de ajustarse a un horario fijo.
Y por último, el Employer Branding estratégico está tomando un papel clave. En un mercado donde la competencia por el talento es altísima, la cultura de la empresa se convierte en un factor diferencial para atraer y retener talento. Las empresas que no trabajen activamente su marca empleadora y su propuesta de valor para las personas empleadas lo tendrán difícil para seguir siendo competitivas.
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